El error » Códec de vídeo no compatible » aparece cuando tu reproductor o dispositivo multimedia no reconoce el códec necesario para decodificar un vídeo. Piensa en los códecs como traductores: interpretan los datos comprimidos para que puedas ver o escuchar el vídeo. Si tu reproductor no tiene el correcto, se bloquea. Normalmente, esto se debe a la falta de códecs, a un reproductor multimedia desactualizado, a un archivo dañado o a que el formato del archivo no es compatible con lo que intentas reproducir.
Lo raro es que a veces aparece una pantalla negra con sonido de fondo, o el vídeo simplemente no se abre. He visto que en algunas configuraciones, actualizar el reproductor multimedia o cambiarlo a otro soluciona este problema. Aquí tienes un desglose de cómo solucionarlo e intentar que tu vídeo funcione sin problemas.
1. Utilice un reproductor multimedia diferente
Cambiar a VLC u otro reproductor versátil
Parece obvio, pero no todos los reproductores multimedia admiten todos los formatos de archivo por igual. Windows Media Player, por ejemplo, no es compatible con FLV ni FLAC de fábrica, y QuickTime puede ser exigente con archivos WEBM o MKV. VLC Media Player es como una navaja suiza: admite prácticamente todos los formatos, incluidos los menos conocidos. En algunos equipos, cambiar a VLC soluciona el problema de los códecs no compatibles, ya que cuenta con compatibilidad integrada con una gran cantidad de formatos y códecs.
Simplemente visita https://www.videolan.org/vlc/ y descárgalo. Otras opciones incluyen 5KPlayer, PotPlayer o MediaMonkey, cada una con una amplia gama de formatos diferente. A veces, con solo probar un reproductor diferente, se descubre que el problema no es tu video; el supuesto mensaje de «códec no compatible» se debe simplemente a las limitaciones del reproductor predeterminado.
Consejo profesional: en algunas configuraciones, es necesario reiniciar un par de veces o volver a abrir el archivo varias veces para que las cosas se solucionen, así que no te preocupes si no es perfecto en el primer intento.
2. Instale el códec que falta
Cómo obtener los códecs que necesita su reproductor multimedia
Aquí es donde la cosa se pone un poco más técnica. Si sabes exactamente qué códec falta (por ejemplo, si recibes un mensaje como «Falta el códec H.264»), puedes intentar descargarlo directamente. Pero, sinceramente, eso suele ser una mala idea debido a los riesgos de seguridad y a los posibles ataques de malware desde sitios web sospechosos. Es mejor instalar un paquete completo de códecs que cubra casi todo lo necesario: te ahorra tiempo y evita problemas.
En Windows, el paquete de códecs K-Lite es una opción popular. Asegúrate de obtener la versión estándar o completa y seguir las instrucciones de instalación. Si eres usuario de Mac, puedes probar Perian, aunque está un poco desactualizado; hoy en día, la mayoría de los reproductores macOS procesan mejor los códecs sin necesidad de instalaciones adicionales.
Además, Windows Media Player e incluso VLC reciben actualizaciones periódicas que a veces incluyen compatibilidad con nuevos códecs, así que vaya a Configuración > Actualización y seguridad y busque actualizaciones; nunca está de más.
3. Convierte el vídeo a un formato compatible
Convierte tu vídeo en algo que tu reproductor multimedia entiende
Si todo lo demás falla o buscas una solución rápida, convertir el archivo podría ser la opción más sencilla. VLC cuenta con herramientas de conversión integradas que pueden realizar el trabajo sin necesidad de software adicional. Esto funciona porque, básicamente, reempaquetas el vídeo a un formato que tu reproductor reconozca.
Aquí te explicamos cómo hacerlo en VLC:
- Abra VLC, luego vaya a Medios > Convertir/Guardar.
- Haga clic en Agregar y seleccione su archivo de video; sí, incluso si recibe el mensaje de «códec no compatible», es posible que aún le permita abrir el archivo para la conversión.
- Presione Convertir/Guardar.
- Elija un formato amigable como MP4 (H.264 + AAC), que se reproduce bien en la mayoría de los reproductores.
- Seleccione una ubicación para guardar y un nombre de archivo.
- Haga clic en Inicio y deje que VLC haga su magia.
A veces, el archivo convertido funciona de maravilla, aunque el original no. No sé por qué funciona, pero vale la pena intentarlo.
4. Compruebe si hay corrupción en los archivos de vídeo
Cuando el archivo podría ser el verdadero problema
Si cambiar de reproductor, instalar códecs o convertir no soluciona el problema, quizás el archivo esté dañado. Los vídeos dañados pueden generar errores extraños y simplemente no reproducirse. Busca señales como congelamientos, artefactos extraños, sincronización de audio/vídeo entrecortada o pantallas completamente negras. Si esto te suena familiar, quizás necesites una herramienta de reparación de archivos o intentar conseguir una copia nueva del vídeo.
Existen herramientas como Yodot Video Repair u opciones en línea que prometen reparar archivos dañados. No siempre son perfectas, pero vale la pena probarlas cuando nada más funciona.
Bueno, esto debería cubrir la mayoría de las situaciones en las que aparece el mensaje «códec no compatible».Lo principal es determinar si se trata del reproductor, de los códecs o del archivo en sí. A veces, simplemente cambiar a VLC o instalar un paquete completo de códecs te permitirá volver a ver vídeos sin complicaciones. Mucha suerte; espero que esto le ahorre tiempo a alguien solucionando problemas.
Resumen
- Pruebe un reproductor multimedia diferente como VLC o PotPlayer.
- Instale un paquete de códecs como K-Lite para cubrir los códecs faltantes.
- Convierta el vídeo a un formato compatible utilizando VLC o servicios en línea.
- Verifique si el archivo está dañado y repárelo si es necesario.
Resumen
Al final, la mayoría de los problemas con los códecs no compatibles se deben a reproductores obsoletos o códecs faltantes. Cambiar a VLC suele resolver esto sin mayores complicaciones, y los paquetes de códecs ahorran muchos problemas. Si el vídeo sigue teniendo problemas, considera convertirlo o repararlo. Cruzamos los dedos para que esto ayude a evitar horas de frustración; a veces, eso es todo lo que se necesita para volver a disfrutar de los maratones sin problemas.