Reinstalar Windows 10 desde una memoria USB puede parecer abrumador, pero sinceramente, no es tan difícil como parece: una vez que dominas las herramientas y los pasos adecuados, puede ser bastante sencillo. Además, es una buena manera de solucionar errores persistentes o simplemente darle a tu PC un nuevo comienzo. A veces, Windows se atasca con actualizaciones, fallos extraños o malware, y una instalación limpia puede solucionarlo todo. El único inconveniente es que necesitarás una memoria USB decente (al menos 8 GB), una conexión a internet estable y algo de paciencia. Además, no olvides hacer una copia de seguridad de los archivos importantes, ya que este proceso borra por completo tu disco duro. Sí, es un fastidio, pero es mejor que perderlo todo por olvidarte de guardar la configuración. Una vez que tengas todo configurado, crear la memoria USB de arranque con la Herramienta de Creación de Medios de Microsoft es bastante sencillo. Ejecuta la herramienta, elige «Crear medio de instalación para otro PC» y selecciona tu unidad USB. Después, reinicia tu PC e ingresa la configuración de la BIOS o UEFI (normalmente presionando Supr, F2 o la que use el fabricante justo después de encenderlo).Cambia el orden de arranque para priorizar tu memoria USB. El proceso de arranque desde USB puede ser un poco impreciso según el hardware, pero en la mayoría de las PC es sencillo. Solo asegúrate de que el Arranque Seguro esté desactivado si bloquea la instalación; a veces, tendrás que desactivar el Arranque Rápido. Sigue las instrucciones en pantalla, elige tus preferencias de idioma y deja que Windows haga lo suyo. Es mayormente automático, pero tendrás que decidir si conservar los archivos o hacer un borrado completo. Generalmente, para problemas graves, es mejor una instalación limpia: simplemente selecciona la opción «Personalizada» y elimina las particiones si es necesario. Es un poco extraño, pero a veces eso hace que Windows funcione mucho mejor después. El proceso puede tardar entre 20 y 30 minutos, incluso más si tu sistema va lento o está descargando actualizaciones. Después, el PC se reinicia, realizas una configuración rápida y listo, con una instalación limpia de Windows. Ah, y un par de consejos: ten a mano tu clave de producto, por si el espacio de activación es raro. Además, si reinstalas para solucionar problemas, comprueba que tu hardware cumpla con las especificaciones de Windows 10: CPU de 1 GHz como mínimo, 4 GB de RAM y al menos 20 GB de almacenamiento. A veces, las máquinas presentan problemas con las actualizaciones de la BIOS o la configuración de Arranque Seguro, así que si el arranque falla, modifica esas opciones en la BIOS. Porque, claro, Windows tiene que complicarlo más de lo necesario. Si el proceso USB falla o tienes problemas, otra opción es crear una unidad de arranque con Rufus, que a veces gestiona mejor diferentes configuraciones de la BIOS. O consulta herramientas como Winhance del repositorio de GitHub: https://github.com/memstechtips/WinhanceEs popular entre quienes intentan ajustar su proceso de instalación para facilitar la recuperación o crear configuraciones personalizadas. En cualquier caso, una vez que hayas terminado, tendrás un entorno de Windows limpio para corregir errores, acelerar el proceso o simplemente empezar de cero. Siempre es bueno empezar de cero y reconstruir desde cero.
Resumen
- Consigue una buena memoria USB de más de 8 GB. Mejor si está vacía.
- Descargue la herramienta de creación de medios de Windows 10 desde el sitio oficial de Microsoft.
- Cree su USB de arranque utilizando la herramienta de creación de medios: simplemente siga las instrucciones.
- Arranque su PC desde el USB: cambie el orden de arranque en el BIOS si es necesario.
- Siga las instrucciones en pantalla y seleccione su configuración.
- Retire el USB cuando termine y deje que Windows termine la instalación.
Resumen
Todo este proceso puede parecer un poco intimidante al principio, pero sinceramente, solo con seguirlo paso a paso se nota la diferencia. Es una forma fiable de solucionar problemas, reparar archivos corruptos del sistema operativo o simplemente actualizar todo cuando el sistema se ralentiza demasiado. Una instalación limpia puede revitalizar un equipo cansado. Solo recuerda hacer una copia de seguridad de todo, revisar la configuración del BIOS y tener la clave de producto a mano por si Windows se queja. Con un poco de paciencia, tendrás una configuración de Windows sólida y nueva; con suerte, solucionará el problema inicial.¡Cruzamos los dedos para que esto ayude a alguien a ahorrarse mucho tiempo buscando otras soluciones!