Usando la app de Fotos de Windows 11 para reducir el tamaño de las imágenes — Es más sencillo de lo que pensaba
La verdad, siempre había usado herramientas en línea o aplicaciones dedicadas para cambiar el tamaño de las fotos, pero resulta que la app Fotos que viene con Windows 11 puede hacer un trabajo bastante decente si sabes dónde buscar. Si estás harto de archivos de imagen enormes que ocupan mucho espacio o que te complican subir cosas en internet, esto puede ayudarte. Lo interesante es que la app de Fotos no es solo para mirar las fotos; también tiene una función para redimensionarlas que es bastante útil una vez que la encuentras.
El problema fue que al principio me costó dar con esa opción — trataba de reducir el tamaño de una foto para cumplir un límite de peso al subirla a una web, pero no encontraba una opción clara para cambiar su tamaño. No es muy evidente, y recuerdo haber visto menús algo confusos. Para empezar, abre Explorador de archivos (presiona Tecla de Windows + E) y navega hasta la carpeta con tus fotos. Haz clic derecho en la imagen que quieres reducir y selecciona Abrir con > Fotos. Si no aparece, no pasa nada — elige Abrir con > Elegir otra app, y busca y selecciona Fotos. Este paso es clave porque Fotos puede hacer más de lo que muchos creen, especialmente para ediciones rápidas como esta.
Una vez que la foto abre en la app, busca el menú de tres puntos en la esquina superior derecha (a veces llamado Más opciones) y haz clic allí. Luego selecciona Redimensionar. Aquí va lo curioso: no solo sirve para cambiar las dimensiones — la app permite ajustar un control deslizante de calidad, que afecta directamente el peso del archivo. Normalmente, verás opciones como Mejor calidad, Calidad media, Mejor ajuste. Reducir la calidad disminuye el tamaño del archivo — y muchas veces, sin que se note mucho visualmente, si solo haces una bajada pequeña. Pero ojo: esto también puede afectar qué tan nítida se ve tu imagen, especialmente en degradados suaves o áreas de bajo contraste.
Aparte de la calidad, también puedes ajustar las dimensiones físicas de la imagen — ancho y alto — usando el mismo menú. Si necesitas cumplir con requisitos específicos de tamaño (por ejemplo, para adjuntos en correos o subir a una web), aquí puedes poner unos píxeles exactos o escoger tamaños predefinidos si los hay disponibles. Después de hacer los cambios, haz clic en Guardar. La app te preguntará dónde quieres guardar la nueva imagen — puedes sobreescribir la original si estás seguro, o guardarla con un nombre distinto para conservar la copia original. Es un proceso sencillo una vez que le agarras la mano, aunque los menús a veces están un poco escondidos si no los buscas con cuidado.
Otra opción: Usar Microsoft Paint
Si la app de Fotos parece limitada, o si a veces se bloquea o funciona raro, Paint de Microsoft también puede hacerlo. Por lo general, ya está instalado en Windows — no necesitas descargarla por separado — y es muy fácil de usar. Para redimensionar en Paint, haz clic derecho en la foto, selecciona Abrir con > Paint. Si no aparece directamente, elige Elegir otra app, y desde allí busca y abre Paint.
Dentro de Paint, la función principal para cambiar tamaño está en el botón «Redimensionar» que aparece en la barra de herramientas, o simplemente presiona Ctrl + W (una combinación un poco extraña pero funciona). Aparece un pequeño cuadro de diálogo donde puedes cambiar el tamaño por porcentaje o en píxeles. Para mantener control y cumplir con límites específicos, te recomiendo poner dimensiones en píxeles — por ejemplo, 1024×768 — en lugar de porcentajes. Así tienes control total sobre el tamaño y, en general, obtienes archivos más pequeños sin tocar los ajustes de calidad. La verdad, redimensionar así es muy rápido y, por ser tan simple, es una opción confiable si Fotos no funciona bien.
Después de ajustar los píxeles o el porcentaje, haz clic en OK y guarda la imagen desde Archivo > Guardar como. Es recomendable guardar una copia nueva a menos que quieras reemplazar la original. Elegir un formato adecuado, como JPEG (que funciona bien para fotos y ofrece buena compresión) o PNG (mejor para gráficos y logos), también ayuda a mantener los archivos manejables. Me costó unos intentos encontrar la combinación perfecta, pero una vez que le agarras la práctica, no hay problema.
Consejos extras para una compresión más inteligente de las fotos
Recuerda que ajustar tamaño y calidad es una especie de equilibrio. Si exageras con la compresión, las imágenes pueden verse pixeladas o borrosas, especialmente en degradados suaves o muchas variaciones de color. Básicamente, no hay una solución mágica: reducir dimensiones ayuda mucho, pero combinar eso con una ligera bajada en calidad suele ser lo que mejor funciona sin perder demasiada fidelidad visual.
Asegúrate de no hacer múltiples redimensionados o comprimir varias veces, pues eso puede degradar la calidad progresivamente. Lo mejor es mantener una copia original intacta, por si acaso. Puedes verificar el tamaño final del archivo haciendo clic derecho en la imagen, seleccionando Propiedades, y consultando la pestaña Detalles. Así te aseguras de haber conseguido reducir el peso sin perder demasiado detalle.
Si haces esto con frecuencia o para varias fotos a la vez, vale la pena comprobar si tienes activado el Modo desarrollador en tu equipo o si tu Explorador de archivos muestra información adicional para revisiones rápidas. Además, configurar la app de Fotos como la vista predeterminada para abrir archivos de imagen puede agilizar tu flujo de trabajo—esto se ajusta en Configuración > Aplicaciones > Aplicaciones predeterminadas.
Al principio, a mí me costó encontrar estas opciones, pero una vez listas, redimensionar en Windows resulta mucho más fácil de lo que parecía. Espero que esto ayude a ahorrar dolores de cabeza a alguien más; yo invertí bastante tiempo averiguándolo. ¡Suerte y no dudes en experimentar con calidad y tamaño hasta dar con el equilibrio perfecto!