Accediendo a la página de descarga de controladores NVIDIA — Sin complicaciones
Sé que esto fue donde me quedé unos momentos atascado. La página oficial de NVIDIA a veces puede parecer un laberinto, sobre todo si no estás muy familiarizado con ella. Lo primero es ir directamente a https://www.nvidia.com/download/index.aspx. Es sencillo, pero puede que no sea evidente qué driver escoger o si estás en la página regional correcta. Si buscas en Google “descargar drivers NVIDIA”, seguramente aparecerá el enlace fácilmente. Pero la verdad, es mejor ir directo a su sitio oficial para evitar espejos dudosos o links desactualizados.
Una vez allí, verás dos opciones principales: detección automática — que puedes saltarte si no estás seguro — o búsqueda manual. Para la mayoría, a menos que tengas una configuración muy especial, recomiendo la opción manual. Así, puedes verificar con precisión cuál es tu modelo de GPU y la versión del sistema operativo, cosas fundamentales para evitar errores de instalación o fallos extraños. Si no sabes qué tarjeta tienes, abre Administrador de dispositivos desde Inicio > Herramientas administrativas de Windows > Administrador de dispositivos, y allí expande Adaptadores de pantalla. Tu GPU debería aparecer listada. También puedes abrir PowerShell y ejecutar nvidia-smi
si tienes instaladas las herramientas de NVIDIA — esto muestra fácilmente la GPU y la versión del driver que tienes actualmente. Es un paso pequeño, pero vale la pena, porque instalar el driver equivocado puede generar más problemas que beneficios, como fallos o pantallas en negro.
Eligiendo el Modelo correcto de GPU y la versión del SO — No lo dejes pasar
Esta parte también me confundió. Debes asegurarte de seleccionar el *modelo exacto* de tu GPU — ya sea un GeForce RTX 3080 Ti o un 4070, no algo vago como “Serie RTX” o similares. Consejo: una vez que hayas revisado en Administrador de dispositivos o con nvidia-smi
, sabrás qué escoger. Si tu tarjeta es antigua o estás haciendo diagnóstico de un problema, mira en la sección de drivers legados, que suele estar en una pestaña al final o en un menú desplegable. Esto es importante, porque intentar instalar el driver más moderno en una tarjeta muy vieja puede dar errores o simplemente fallar. También, asegúrate de que la selección del sistema operativo coincida con tu versión de Windows — para Windows 11, selecciona la opción más reciente, como Windows 11 64-bit (latest). A veces veo que la gente accidentalmente escoge drivers de Win10 estando en Win11, y eso no funciona.
Revisa también tus preferencias de idioma — probablemente en inglés, si eres como yo. Y para quienes tienen tarjetas más antiguas, comprueba si hay drivers legacy o beta, pero con precaución. Estos pueden ser inestables o desactualizados, así que solo úsalos si realmente necesitas solucionar algo específico.
Tipo de driver: “Game Ready” o “Studio Drivers” — La diferencia sí importa
Otra parte confusa. Verás opciones como “Game Ready” o “Studio Drivers”. Para la mayoría de gamers o usuarios generales, lo mejor es seguir con los drivers Game Ready. Están optimizados para rendimiento y compatibilidad con los títulos nuevos. Los Studio Drivers son más para creativos que trabajan en edición de video, modelado 3D o tareas de CUDA, y aunque no son tan necesarios para el usuario habitual, pueden ser útiles si te dedicas a esas labores. Si no estás seguro, lo más recomendable es instalar siempre el último driver Game Ready; suele ser la mejor opción. La diferencia no es enorme para la mayoría, pero puede influir en la estabilidad si, por ejemplo, usas tu equipo para tareas creativas y necesitas máxima compatibilidad.
Una vez decidido, haz clic en “Buscar”. Aquí a veces me puedo equivocar, porque el botón es pequeñito o está algo escondido. Antes de dar clic, revisa bien para asegurarte de que el driver elegido es correcto, ya que algunas páginas cargan diferente según la selección y puede que te muestren varias opciones.
Descargando el driver — ¿La parte más larga?
Al hacer clic en buscar, aparecerán las opciones de driver disponibles. Normalmente, la primera opción será “GeForce Game Ready Driver” con la fecha de lanzamiento más reciente. A veces, parece que tarda mucho en empezar la descarga, especialmente si tu conexión Wi-Fi no es la mejor o los servidores de NVIDIA están lentos. El archivo generalmente se guardará en tu carpeta de descargas predeterminada — en mi caso, C:\Users\.exe
esté totalmente descargado. A veces lo abro inmediatamente, pero conviene verificar que está completo, porque una descarga incompleta puede causar problemas al instalar.
Instalando el driver — Un poco complicado al principio
Al hacer doble clic en el instalador, inicia el proceso. Al principio es sencillo — muchas pantallas con botones de “Siguiente”. Pero ojo con los permisos: si no aceptas, no se instalará. Para evitar problemas de permisos, es recomendable hacer clic derecho en el archivo .exe
y seleccionar Ejecutar como administrador. Durante la instalación verás varias pantallas mostrando el estado — en ocasiones la pantalla puede parpadear o ponerse en negro por unos instantes. Eso es normal, sobre todo cuando se reemplaza un driver viejo. Paciencia, porque a veces la instalación se cuelga unos minutos, y puede parecer que se quedó atascada, pero en realidad está haciendo su trabajo. Para asegurarte de que todo quede limpio y funcionando bien, marca la opción “Realizar una instalación limpia”. Esto elimina restos de drivers anteriores y ayuda a evitar conflictos, especialmente si estás actualizando o resolviendo un problema.
Advertencia: durante la instalación puede haber pequeños parpadeos o pantallas negras, lo cual es normal. Pero si la pantalla no vuelve a normalidad o el proceso se queda colgado, quizás necesites reiniciar varias veces o usar herramientas como DDU (Display Driver Uninstaller) en modo seguro para limpiar restos antes de volver a instalar. Cuando el instalador termine, te indicará que puedes finalizar; pulsa Finalizar y, de ser posible, reinicia el sistema para asegurarte de que los cambios se aplican correctamente. Es mejor reiniciar ahora, que después tener problemas al usar el equipo.
Verificación final y ajustes después de la instalación
Tras reiniciar, revisa que el driver funciona correctamente. La forma más sencilla es hacer clic derecho en el escritorio y abrir Panel de control de NVIDIA. Si se abre y muestra información como el modelo y la versión del driver, todo está bien. También puedes verificar desde Administrador de dispositivos: clic derecho en tu GPU bajo Adaptadores de pantalla > Propiedades > Driver. La versión debe coincidir con la que descargaste. Si no, quizás debas repetir la instalación, o Windows revertió a una versión antigua.
Si notas errores al abrir el panel, o la versión del driver no coincide, puede que la instalación no se haya completado correctamente. A veces Windows Security o la firma de controladores bloquean la instalación. En esos casos, prueba a desactivar temporalmente la firma de controladores en la Configuración de arranque de Windows (manteniendo pulsado Shift y reiniciando en Modo Recovery, luego selecciona Troubleshoot > Opciones avanzadas > Configuración de inicio, y activa “Deshabilitar la imposición de firma de controladores”). También, si tienes Secure Boot activado en BIOS, prueba a desactivarlo brevemente — en BIOS > Seguridad > Secure Boot — solo mientras haces la instalación, y luego vuelve a activarlo para mayor seguridad.
Consejos útiles y solución de problemas
Este proceso puede ser frustrante si aparecen errores o si los drivers no se instalan correctamente. He pasado por ello. Los problemas más comunes incluyen Windows que vuelve a una versión antigua, bloqueos por firma digital, o que el sistema no actualiza correctamente los drivers. La clave es paciencia: verifica bien que escoges la GPU, el sistema operativo y el tipo de driver, realiza una instalación limpia si es necesario y reinicia varias veces. Si nada funciona, puedes usar herramientas como DDU (Display Driver Uninstaller) en modo seguro para eliminar los drivers viejos antes de reinstalar. Y, si sigues teniendo problemas, confirma que el Secure Boot esté desactivado y que tu BIOS esté actualizado, especialmente si tienes hardware muy nuevo. A veces, una BIOS obsoleta o drivers del chipset desactualizados impiden que los drivers de GPU funcionen correctamente.
En resumen, no es tan complicado una vez que dominas los pasos, aunque al principio parece un reto de prueba y error. Espero que esta guía te sea útil — a mí me costó mucho aprenderlo, y no quiero que nadie pase tantas horas como yo.