¿Alguna vez has intentado alternar entre macOS y Windows en tu Mac? Es un poco raro cómo a veces todo funciona a la perfección y otras…no tanto. Quizás has tenido problemas al configurarlo o estás frustrado por un rendimiento lento, problemas con los controladores o problemas con las particiones. La buena noticia es que existen formas legítimas de ejecutar Windows en una Mac, y saber cómo hacerlo correctamente puede ahorrarte muchos dolores de cabeza. Ya sea para jugar, ejecutar aplicaciones específicas o simplemente por curiosidad, esta guía te muestra formas prácticas de poner Windows a funcionar sin convertir tu Mac en un pisapapeles.
Cómo usar Windows en Mac
Ejecutar Windows en una Mac implica crear un entorno dedicado. Tienes opciones: el Boot Camp integrado, que implica particionar el disco, o herramientas de virtualización como Parallels Desktop o VMware Fusion, que te permiten ejecutar ambos sistemas simultáneamente. Cada una tiene sus ventajas y desventajas, así que elegir la adecuada depende de qué es más importante: la velocidad o la comodidad. Aquí te explicamos cómo lograrlo, paso a paso.
Método 1: Boot Camp: para usuarios avanzados que necesitan el máximo rendimiento
Boot Camp es una herramienta gratuita integrada en macOS que te permite instalar Windows directamente en una partición de tu disco.¿Por qué elegir esta opción? Sin sobrecarga de virtualización, lo que significa que Windows se ejecuta de forma nativa: mayor velocidad, mejores controladores, mejor para juegos o aplicaciones de alto rendimiento. Sin embargo, es un poco más complejo, ya que tienes que reiniciar para cambiar entre macOS y Windows. Si tu Mac es compatible y buscas el máximo rendimiento, esta es la solución.
Para empezar, necesitarás una ISO de Windows (una imagen digital del medio de instalación).Visita el sitio oficial de Microsoft y descarga la ISO más reciente de Windows 10 u 11. También necesitas una unidad USB (de al menos 16 GB, o quizás 32 GB si usas Windows 11), ya que Boot Camp la necesitará para crear un instalador de arranque.
Abre Utilidades > Asistente de Boot Camp desde la carpeta Aplicaciones > Utilidades y sigue las instrucciones. Te preguntará la ubicación de la ISO de Windows, cuánto espacio quieres dedicar (ten en cuenta que 64 GB es el mínimo, pero cuanto más, mejor) y preparará el instalador USB. Lo complicado es que estás particionado el disco, así que haz una copia de seguridad de tus datos primero, por si acaso.
Una vez configurado, se iniciará el instalador y podrás configurar Windows como en cualquier PC. Necesitarás tener a mano tu clave de licencia de Windows; no te preocupes, necesitas una original si quieres actualizaciones y soporte. Tras la instalación, puedes cambiar de sistema operativo reiniciando y manteniendo pulsada la tecla Opción durante el arranque para elegir macOS o Windows. Clásico, pero un poco torpe.
Método 2: Máquinas virtuales: comodidad por encima de potencia bruta
Si quieres ejecutar Windows sin salir de macOS, el software de máquina virtual (VM) es tu mejor aliado. Parallels Desktop y VMware Fusion son opciones populares. Te permiten iniciar Windows como cualquier otra aplicación, sin necesidad de reiniciar. Esto es útil si cambias de una aplicación a otra con frecuencia.¿La desventaja? Una ligera pérdida de rendimiento, pero en las Mac modernas suele ser insignificante, a menos que uses juegos intensos o trabajes con 3D.
Descargue el software de máquina virtual que prefiera e instálelo. Para Parallels, es bastante sencillo: le guía en la creación de una nueva máquina virtual usando la ISO de Windows. Aun así, necesitará una licencia original de Windows, así que téngala a mano. Durante la configuración, asigne la RAM y los núcleos de CPU según la capacidad disponible de su Mac. Más RAM equivale a un Windows más ágil, especialmente si realiza varias tareas a la vez.
Y sí, con las máquinas virtuales, no necesitas particionar ni modificar tu disco. Todo se guarda en un archivo dentro de macOS, lo que facilita las copias de seguridad y el cambio de tamaño. Sin embargo, recuerda que el uso intensivo de la máquina virtual puede afectar los recursos del sistema. Para cambiar, simplemente abre la aplicación de la máquina virtual, inicia tu máquina virtual de Windows y listo. Al terminar, ciérrala como cualquier otro programa.
Instalación de Windows: Los detalles finos
Independientemente del método que elija, la instalación de Windows es similar. Arrancará desde el instalador (mediante Boot Camp o la configuración de la máquina virtual), elegirá el idioma, la distribución del teclado e introducirá su clave de licencia. Al seleccionar la partición o el disco virtual, asegúrese de elegir el correcto; un error común es seleccionar el volumen incorrecto o formatear accidentalmente la unidad incorrecta. En algunas configuraciones, es posible que el instalador no reconozca la unidad correctamente después de una actualización de Windows o macOS. Si esto ocurre, es posible que deba actualizar los controladores manualmente o usar la herramienta de creación de medios de Microsoft para garantizar la compatibilidad.
Cambio entre sistemas
Los usuarios de Boot Camp cambian reiniciando y manteniendo pulsada la tecla Opción durante el inicio, seleccionando Windows o macOS. Los usuarios de máquinas virtuales simplemente abren la aplicación e inician Windows dentro de macOS; es mucho más sencillo, pero depende del hardware. Algunas configuraciones se complican si hay muchas aplicaciones en segundo plano, así que preste atención a la gestión de recursos. Y en ciertos Mac, especialmente con chips M1 o M2, Boot Camp aún no es una opción, por lo que la virtualización es la única opción, a menos que alguien porte Windows ARM a Parallels, lo cual es otra historia.
Consejos para navegar sin problemas con Windows en Mac
- Verifique su almacenamiento: asegúrese de tener suficiente espacio libre: al menos 64 GB para Windows, más espacio adicional para sus archivos y aplicaciones.
- Mantenga los controladores bajo control: especialmente para Boot Camp, descargue e instale todas las actualizaciones de controladores disponibles desde las páginas de soporte de Apple para obtener el mejor soporte de hardware.
- Hacer una copia de seguridad antes de particionar: siempre es una buena idea, porque modificar las particiones del disco no es infalible y puede provocar la pérdida de datos.
- Necesidades de rendimiento: utilice Boot Camp si necesita gráficos más rápidos y aceleración de hardware; opte por la virtualización si prioriza la flexibilidad y la facilidad de uso.
- Manténgase actualizado: tenga a mano su ISO de Windows con las últimas actualizaciones, especialmente si planea conservar Windows por un tiempo: puede ayudar a evitar conflictos o errores de controladores.
Preguntas frecuentes
¿Puedo ejecutar macOS y Windows al mismo tiempo?
Sí, con una máquina virtual como Parallels o VMware, es totalmente posible. Simplemente abre la aplicación de máquina virtual e inicia Windows cuando lo necesites.
¿Necesito una licencia de Windows para Boot Camp?
Claro que sí. Sin una licencia válida, Windows funcionará en modo de prueba y no recibirás actualizaciones ni soporte técnico. Es mejor obtener la clave con antelación.
¿Boot Camp es gratuito?
Sí, está integrado en macOS. Solo necesitas proporcionar tu propia ISO y licencia de Windows.
¿Cuánto almacenamiento debo reservar?
Al menos 64 GB para Windows 10/11, pero es recomendable liberar espacio para tus aplicaciones. Si planeas instalar mucho software o juegos, es mejor tener más.
¿Qué pasa si me quedo sin espacio?
Redimensionar particiones en macOS puede ser un poco complicado, así que planifica con antelación. Si necesitas más espacio más adelante, quizás tengas que rehacer la partición o hacer limpieza.
Resumen
- Elija entre Boot Camp o virtualización según sus necesidades.
- Obtenga una licencia de Windows y un archivo ISO.
- Utilice el Asistente Boot Camp o el software VM para configurar todo.
- Siga las instrucciones de instalación y elija su partición o disco virtual.
- Cambiar entre macOS y Windows: reinicie y mantenga presionada la tecla Opción, o simplemente abra el software de su máquina virtual.
Resumen
Conseguir que Windows funcione en tu Mac no es ciencia espacial; se trata más bien de comprender las ventajas y desventajas de tu configuración. Boot Camp es ideal para quienes buscan rendimiento, pero la virtualización lo supera en multitarea y flexibilidad. Simplemente ten en cuenta el almacenamiento, las copias de seguridad y las actualizaciones de controladores, y todo debería funcionar a la perfección. Puede parecer complicado al principio, pero una vez configurado, cambiar de sistema se convertirá en algo natural. Ojalá esto ayude a evitar el dolor de cabeza de fallos aleatorios o problemas con los controladores.