Cómo Crear Escritorios Virtuales en Windows 11
La verdad, tener un escritorio desordenado en Windows 11 me estaba volviendo loco, así que al final decidí configurar los escritorios virtuales. Se supone que es fácil, pero me costó un poco de prueba y error lograr que funcionara sin problemas. A veces las opciones están un poco escondidas, o los atajos no funcionan al principio. En fin, aquí comparto lo que aprendí sobre cómo crear y gestionar múltiples escritorios—esperando que así ahorre tiempo a alguien más.
El Nuevo Icono en la Barra de Tareas y Su Función en los Escritorios Virtuales
Lo primero que noté fue que Windows 11 colocó un ícono de vista de tareas en la barra de tareas. Es ese pequeño rectángulo superpuesto sobre otro, sencillo pero bastante útil. Al hacer clic, se abre toda la vista de escritorios virtuales, para que puedas ver todos abiertos, cambiar entre ellos o crear uno nuevo. A veces, solo pasando el cursor sobre el icono aparecen mini-previsualizaciones de todos los escritorios, lo cual es útil para revisar rápidamente qué hay en cada uno. Si no ves ese icono, prueba clic derecho en la barra de tareas y selecciona Configuración de la barra de tareas. Luego, en Elementos de la barra de tareas, activa Vista de tareas. Es posible que esté desactivado sin motivo aparente.
Cómo Crear un Nuevo Escritorio Virtual
Esta parte es muy sencilla una vez que encuentras la opción: simplemente haz clic en el ícono de “+” que aparece en la vista de escritorios—normalmente en la parte superior o inferior del panel que aparece tras abrir la vista de tareas. O, si tienes práctica con atajos de teclado, usa Windows + Ctrl + D para crear un escritorio nuevo al instante. Me gusta ese atajo porque puedo preparar un espacio de trabajo sin dar muchas vueltas. Pero he tenido ocasiones en que no funciona—probablemente por la configuración del teclado o alguna extensión de idioma que altera los atajos. Si eso pasa, revisa las configuraciones de idioma y entrada, o prueba a reasignar los atajos con alguna aplicación de terceros si es necesario.
Una vez que aparece el nuevo escritorio, es como una hoja en blanco. Puedes arrastrar aplicaciones abiertas a él, o abrir nuevas directamente en ese escritorio. A veces mover apps entre escritorios puede ser un poco incómodo, especialmente si usas varias pantallas o tu sistema está lento. También me ha pasado hacer clic mal y cerrar una ventana por error en lugar de moverla. Guarda tu trabajo con frecuencia, sobre todo al reorganizar.
Reorganizar y Mover Aplicaciones Entre Escritorios
Si quieres cambiar el orden de tus escritorios o organizar mejor tus apps, también se puede. Abre la vista de tareas con Windows + Tab o clic en el icono, y luego arrastra las miniaturas de los escritorios a izquierda o derecha para cambiar su orden. Para mover una app de un escritorio a otro, generalmente arrastras la ventana de la app desde la vista de tareas de un escritorio hacia otro. No siempre funciona a la perfección—a veces el arrastre puede ser lento o algo torpe, especialmente si usas varias pantallas o tienes diferentes configuraciones de escala. Si el arrastrar y soltar no coopera, haz clic derecho en la barra superior de la ventana, selecciona Mover a y luego Mover a otro escritorio. Esa opción suele ser más confiable.
Personalizar Cada Escritorio con Fondos de Pantalla Diferentes
Este fue un gran cambio para mí: poder poner fondos distintos en cada escritorio hace que sea mucho más fácil distinguirlos. Solo haz clic derecho en el escritorio que quieres personalizar y selecciona “Personalizar”. Desde allí, elige una imagen de fondo diferente para cada uno. Cuando estés en la configuración de Personalización, ve a Fondo, selecciona tu imagen o haz clic en Examinar fotos para buscar algo personalizado. Cambia de escritorio y pon un fondo distinto; es bastante rápido una vez que le coges la mano. Eso sí: poner fondos diferentes en cada escritorio es una tarea manual—si cambias el fondo en uno, no se sincroniza automáticamente con los otros.
Ten en cuenta que cambiar el fondo en esta sección solo afecta a ese escritorio en particular. Los temas, en cambio, tienden a sincronizarse en todos los escritorios a menos que los configures individualmente en Configuración > Personalización > Temas. Personalmente, tener fondos diferentes me ayuda a identificar al instante en qué espacio de trabajo estoy, muy útil si mezclas tareas laborales con cosas personales en la misma máquina.
En mi viejo ASUS, por ejemplo, la opción estaba escondida en Configuración avanzada o en utilidades específicas del fabricante, así que me alegra que Windows 11 lo facilite bastante una vez que sabes dónde buscar. Si quieres usar diferentes fondos, simplemente cambia de escritorio y haz lo tuyo—no olvides hacer clic en Aplicar para guardar los cambios.
Mirando atrás, gestionar escritorios virtuales en Windows 11 no solo es para evitar el desorden. También ayuda a que tu flujo de trabajo sea más fluido y a personalizar cada espacio. A mí me costó entender todo, especialmente lo de los fondos personalizados—pensaba que era más complicado de lo que es. Así que si estás empezando, prueba los atajos, reorganiza los escritorios y configura los fondos con calma. Asegúrate también de que tu sistema esté actualizado, porque a veces las funciones faltantes o desactivadas se deben a una versión desfasada. Y si tu dispositivo tiene restricciones de fábrica (OEM), algunas funciones pueden estar deshabilitadas por el fabricante. En esos casos, quizás tocaría considerar volver a Windows 10 o hacer una instalación limpia.
Espero que esto sirva de ayuda—me tomó demasiado tiempo descubrirlo, la verdad. En fin, ¡mucha suerte manejando tus escritorios y ojalá esto ahorre a alguien un fin de semana entero de prueba y error!