Configurar los DNS de Google en Windows: Mi proceso un poco confuso, pero al final, así lo hice
Si las páginas web cargan lentamente o la navegación parece inestable, cambiar tus DNS por unos como los de Google puede mejorar la experiencia. No es una solución mágica, pero vale la pena intentarlo. Los DNS de Google son conocidos por ser rápidos, fiables y ofrecer algunas ventajas en seguridad—como proteger contra secuestros de DNS o redirecciones maliciosas. Eso sí, ten en cuenta que modificar la configuración de DNS puede interferir en funciones como BitLocker, así que si usas esa función, debes tener cuidado: cambiar o limpiar la configuración puede hacer que pierdas la clave de recuperación, impidiendo que tu equipo arranque sin ella. Es recomendable hacer una copia de seguridad antes.
¿Por qué molestarse en cambiar?
Muchas personas dicen notar mejoras en la velocidad de carga tras usar 8.8.8.8
y 8.8.4.4
, que son los servidores DNS públicos de Google. Pero si los DNS de tu proveedor de internet son muy lentos o inestables—están saturados o mal mantenidos—cambiar puede hacer que todo funcione más suave. Además, los DNS de Google ofrecen ciertos beneficios de seguridad, ayudando a prevenir algunos tipos de ataques de spoofing. Sin embargo, la mejora en velocidad no está garantizada; depende de tu ubicación, red y hardware. Así que no esperes milagros, pero es una modificación sencilla que quizás te ayude.
Revisar tu configuración actual de DNS
Antes de hacer cualquier cambio, es buena idea saber qué DNS estás usando ahora. Esto ayuda a descartar que el problema no esté relacionado con DNS. Para verlo, suelo abrir el Símbolo del sistema y escribir ipconfig /all
. Ahí aparecerá la información de tus servidores DNS actuales. Muchas veces, los problemas de conexión vienen de tu hardware o de la calidad de la señal, no del DNS. Pero si la navegación está lenta, cambiar los DNS puede ser un paso fácil para descartar problemas—porque, en realidad, esa configuración está en las opciones de red de Windows y encontrarlas puede parecer como buscar tesoro en un desván lleno de trastos.
Cómo cambiar los DNS en Windows (el método más torpe, pero funcional)
Aquí es donde me quedé atascado un par de veces—sobre todo en mi viejo portátil ASUS. La configuración de DNS está en un sitio que no es muy intuitivo, así que comparto lo que finalmente funcionó para mí. No es exactamente sencillo, así que prepárate.
-
Abrir el Panel de control
Normalmente presiono la tecla de Windows, luego S y escribo “Panel de control”. Presiono Enter. A veces, lo encuentro en “Red e Internet” o en Configuración, pero el Panel de control suele ser más directo. Solo recuerda que no es tan fácil de hallar como las opciones modernas, si estás acostumbrado a las interfaces nuevas de Windows.
-
Entrar en Centro de redes y recursos compartidos
Dentro del Panel de control, haz clic en Red e Internet, luego en Centro de redes y recursos compartidos. Puede estar un poco escondido si no estás acostumbrado a buscar. Para acceder más rápido, haz clic derecho en el icono de red en la bandeja, selecciona Configuración de red e Internet y luego en “Cambiar opciones del adaptador”. Esa opción suele ser más rápida. En varias ocasiones hago eso, en realidad.
-
Seleccionar tu conexión activa
Busca tu conexión actual, sea Wi-Fi o Ethernet. Haz clic en el enlace junto a “Conexiones”, que en algunos casos será el nombre de tu red Wi-Fi o “Ethernet”. Se abrirá una ventana con detalles de la conexión. Busca el botón Propiedades; a veces es pequeño y en la primera vez que lo buscas, puedes pasarlo por alto. Dentro, verás la lista de protocolos usados, que es la clave oculta para cambiar los DNS.
-
Editar configuración de TCP/IP
En esa ventana, busca Protocolo de Internet versión 4 (TCP/IPv4). Normalmente viene seleccionado por defecto. Elígelo y haz clic en Propiedades. Si quieres, también puedes hacer esto con IPv6. Algunos sugieren desactivar IPv6 si los problemas de DNS persisten, pero por ahora, lo mejor es concentrarse en IPv4. Solo una nota: tocar IPv6 puede complicar las cosas; mejor primero ajusta IPv4.
-
Configurar los DNS de Google manualmente
En la ventana de propiedades, busca la opción Usar las siguientes direcciones de servidor DNS. Cambia el desplegable si es necesario. Luego, en Servidor DNS preferido, ingresa
8.8.8.8
. En Servidor DNS alternativo, coloca8.8.4.4
. Si quieres mayor privacidad o te sientes más cauteloso, puedes usar Cloudflare1.1.1.1
, pero en general, los DNS de Google funcionan muy bien. -
Guardar cambios y reiniciar
Haz clic en OK en todas las ventanas, cierra todo y, para asegurarte de que los cambios toman efecto, abre el Símbolo del sistema con permisos de administrador y escribe
ipconfig /flushdns
para limpiar la caché DNS. También puedes desactivar y volver a activar el adaptador de red, o reiniciar el PC por completo. Esa última opción garantiza que las nuevas configuraciones se apliquen correctamente.
Cosas importantes a recordar
En ocasiones, este proceso puede lanzar errores como “Esta conexión usa el servidor DNS asignado por la red” o problemas de permisos. Si después de cambiar la conexión deja de funcionar, revisa que hayas ingresado los DNS correctamente. También, asegúrate de no tener activado IPv6 si causa conflictos. En mi caso, desactivar IPv6 en las propiedades del adaptador ayudó a resolver algunos problemas de DNS. Y, por supuesto, ten presente que modificar los DNS puede afectar funciones como BitLocker. Si usas esa función, es mejor hacer una copia de la clave de recuperación antes, por si las dudas—no quieres quedarte bloqueado.
Por último, no todos los dispositivos o redes son compatibles con todos los DNS. Si algo no funciona, prueba a reiniciar, verificar los datos o volver a los DNS originales. Algunas marcas o proveedores de hardware limitan las opciones, así que también debes considerarlo.
En definitiva, cambiar a los DNS de Google no arregla todos los problemas de carga ni navega siempre más rápido, pero te da una nueva vía para hacer el diagnóstico. Para mí, la navegación se volvió un poquito más llevadera y ahora siento que tengo más control sobre mi red.
Espero que esta guía desordenada te sirva—a mí me costó bastante entenderlo todo, sobre todo porque las opciones están dispersas y ocultas tras varias capas. Así que, si te animas a probar, revisa bien los datos, desactiva IPv6 si los problemas persisten y, si puedes, haz un reinicio final. ¡Suerte!